Desde este Domingo la atención de la liturgia de la Iglesia se centra en la Venida de Cristo en la Navidad y el canto propio de este día es que Jesús es el motivo de nuestra alegría. Seguimos exponiendo las reflexiones del Ministerio Nacional de Formación de la Renovación Carismática Católica en España.
La Iglesia siempre ha llamado al tercer domingo de Adviento el domingo de la alegría o "Gaudete" y se debe a que toda la celebración nos anuncia a Jesucristo como la causa de nuestra alegría. Ya la misma antífona de entrada nos lo anuncia: "estad alegres en el Señor; os lo repito estad alegres. El Señor esta cerca". Isaías anuncia: "se alegrará el páramo y la estepa". El Adviento nos trae la Buena Nueva de la salvación, nos trae a Jesús, nos muestra que es Jesús el verdadero esperado de los tiempos y que es la promesa cumplida. La salvación se obra para bien del hombre: "los cojos andan, los ciegos ve, los sordos oyen", es el cumplimiento de la profecía de Isaías.
La Iglesia siempre ha llamado al tercer domingo de Adviento el domingo de la alegría o "Gaudete" y se debe a que toda la celebración nos anuncia a Jesucristo como la causa de nuestra alegría. Ya la misma antífona de entrada nos lo anuncia: "estad alegres en el Señor; os lo repito estad alegres. El Señor esta cerca". Isaías anuncia: "se alegrará el páramo y la estepa". El Adviento nos trae la Buena Nueva de la salvación, nos trae a Jesús, nos muestra que es Jesús el verdadero esperado de los tiempos y que es la promesa cumplida. La salvación se obra para bien del hombre: "los cojos andan, los ciegos ve, los sordos oyen", es el cumplimiento de la profecía de Isaías.
Más no nos podemos quedar en una alegría para gozar internamente sino que nuestra labor es el anuncio, franco y directo: Dios es nuestra fortaleza. ¡Tened valor! Nuestra alegría se debe volver testimonio.
Los ciegos ven, los cojos andan…La fe no nos aporta soluciones técnicas a nuestros problemas pero nos da un amor apasionado por la justicia, por la paz; nos da libertad de espíritu para buscar honradamente la verdad; nos da un deseo eficaz de concordia, nos da un anhelo sincero del bien. El evangelio del tercer domingo de adviento nos ofrece la buena noticia de la fuerza liberadora de la persona de Jesús.
La causa de nuestra alegría es que al final no nos espera un puerto más, una promesa más, sino Dios mismo, el cumplimiento definitivo de la promesa.
Padre, me hace una gran ilusión invitarle a la lectura de la primera parte del artículo: El Universo no necesita a Dios. El artículo (I) en el que se responde con una actitud crítica y en absoluto gratuita a las afirmaciones vertidas en el artículo de contraportada publicado en La Provincia, un periódico regional de las canarias. Este artículo hace unas aseveraciones totalmente gratuitas y simplistas acerca de la existencia o no de Dios, y acerca de la operatividad o no de Dios.
ResponderEliminarEn mi opinión no se trata de ya de ser creyente o no, si no de poseer la suficiente sangre en las venas para indignarse ante lo descaradamente burdas afirmaciones de unos científicos que pretenden ser algo más que eso, (¿gurús, profetas de una nueva religión…?).
Por otra parte todo aporte suyo será muy bien venido.
Un saludo desde la isla de Gran Canaria